Cuando el ego quiere tener razón
La necesidad de tener razón como forma de protección emocional.
Hay momentos en los que pareciera que lo más importante es tener la última palabra. Sostener un punto de vista. Defender una idea, incluso cuando sabemos, en el fondo, que quizás no es tan cierta, o que simplemente no es la única posible. Ahí aparece el ego. Esa voz interna que se siente amenazada ante la posibilidad de estar equivocada. Que cree que si no tiene razón, entonces vale menos, pierde control, se debilita. Pero querer tener razón no siempre viene del deseo genuino de encontrar la verdad. Muchas veces viene del miedo: a perder, a ceder, a no ser visto. El ego nos convence de que si soltamos esa necesidad, perdemos poder. Y sin darnos cuenta, comenzamos a discutir para protegernos, no para comprender.
Cuando estamos demasiado ocupados en tener razón, dejamos de estar presentes.
El ego quiere ganar; el corazón solo quiere estar aquí, ahora.
— Ram Dass
¿Y si no se trata de ganar una conversación, sino de abrir un espacio para el encuentro?
Soltar la necesidad de tener razón no es rendirse, ni callarse. Es hacer una pausa interna. Es reconocer que quizás lo importante no es imponer una idea, sino cultivar una conexión. Escuchar sin preparar la próxima respuesta. Mirar al otro sin necesidad de defendernos. Cuando dejamos de identificarnos con nuestras opiniones, aparece algo más profundo: la posibilidad de estar presentes, abiertos, en paz.
Seguir
explorando
¿Qué te despertó este texto?
Podés seguir explorando otras notas.
